Es Domingo en la mañana y Daniela y Roberto aún descansan en la cama King que compraron hace solo una semana. Una semana antes, en la tienda de retail, Daniela escogía la cama mientras Roberto terminaba los cálculos de las cuotas que debería pagar por dicha cama. “Hago algunos turnos extras y estaremos holgados” pensó. Daniela apuntando la cama escogida, muy bromista le abre los ojos muy grandes a Roberto y sonríe enrollando los labios hacia las encías hasta hacerlos desaparecer y le dice: “Tendremos más espacio para el delicioso”, Roberto estalla en carcajadas y le abraza enamorado.
Roberto por otra parte, cuenta que ha tenido relaciones amorosas significativas anteriores sin embargo pareciera que Daniela, con quien sale hace solo un año, fuera “the one” o “la escogida”, le gusta mucho y está poniendo todo de su parte para que la relación sea fructífera y no estropear esta relación tan bonita. Su esfuerzo es tal para que la relación funcione, que arrendó un departamento para vivir solo con ella, cuando viviendo con los padres no tenía necesidad alguna y además podía ahorrar algo de dinero.
Roberto además pasa por un período de mucho estrés laboral, algunos roces con su jefe y lleva a cuestas lo que él describe como un “mal desempeño en la última relación sexual con Daniela”, desde donde relata que a pesar de estar muy excitado, su erección parecía ir y venir por voluntad propia lo que le generó en el momento mucha ansiedad siendo incapaz de ponerse el preservativo y por tanto según señala: “No fui capaz de cumplirle a la Daniela”. Este último pensamiento ha sido una tortura para Roberto quien está todo el día pensando en este evento descrito por él, como “desastroso”. “Justo cuando más quería que todo fuera perfecto con una mujer que realmente me gusta para compartir la vida, termino fallando”, “todo en nuestra relación está perfecto menos la parte sexual, y temo que Daniela me deje porque no la satisfago.” Relata.
Todavía es Domingo en la mañana y Daniela se desliza suavemente entre las sábanas, buscando a Roberto. Daniela por su parte es relajada y ama tocar el cuerpo de Roberto. Le abraza por la cintura y le besa el hombro saboreando delicadamente con la lengua su piel. Roberto se da cuenta y comienza a sudar frío y su corazón a palpitar fuertemente. Daniela continúa bajando su mano mientras pasa por el bajo vientre hasta llegar a la zona genital. El pene se encuentra en el más absoluto – y natural – reposo. Roberto al borde de una crisis de pánico. Daniela levanta la cabeza del hombro de Roberto, le mira con extrañeza y le dice: “¿Que pasa amor?, ¿Acaso ya no te gusto?” Roberto solo quiere desaparecer.
El relato anterior, a pesar de ser ficticio, es muy representativo de los variados relatos que recibo en terapia cuando hay dificultades con la erección, siendo el eje central de la queja, la incapacidad – a través de la perdida de la erección – de satisfacer a la pareja.
Entonces podríamos decir (y como a mí me encanta describir) que estamos ante la Reina Madre de las dificultades sexuales (Incluyendo las femeninas también), y esta sería: La creencia errónea de que “Un ser humano es capaz de satisfacer sexualmente a otro ser humano”.O Incluso peor, “Que el hombre (solo por ser hombre) tiene la responsabilidad de la satisfacción sexual femenina”.
Estas creencias erradas, son la base fundamental de muchas dificultades sexuales, porque la cultura falocéntrica nos obliga o nos mandata a satisfacer sexualmente a nuestras parejas y esto último es imposible, porque biológicamente es imposible satisfacer a otra persona. Solo podemos otorgarnos satisfacción sexual a nosotros mismos.
¿Otra creencia errada? “Si me esfuerzo puedo controlar mi pene”. La respuesta es No. No puedes. La función del pene es similar a la del corazón o la digestión. No puedo pedirle a mi corazón que se detenga ni a mi digestión que procese mi almuerzo más rápido de lo habitual porque me excedí en las grasas. Entonces la erección del pene dependerá de muchos factores siendo el más importante, el deseo sexual. El que se ve alterado gravemente por las creencias anteriores.
Finalmente en orden a superar estas dificultades, en conjunto a la ayuda terapéutica de un buen sexólogo, debemos erradicar de nuestra mente estas creencias y así (Solo así) la mente tendrá alivio y la función sexual será restaurada.
Nota: Para esta dificultad es importante descartar condiciones orgánicas o biológicas con un buen Urólogo, y por supuesto es un tema bastante más complejo en su análisis que solo lo descrito en éste blog, por lo que recomiendo asesorarte con tu sexólogo de confianza.
Un abrazo y nos vemos pronto!
Sexóloga Karen Figueroa García
www.sexologakarenfigueroa.cl
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